lunes, 24 de marzo de 2014

Ahora debo recordar de nuevo la epilepsia.

Ahora debo recordar de nuevo la epilepsia.

 El camino os aseguro que fue muy largo y más duro de lo que quizás os pueda transmitir, a lo mejor creéis que mi manera de relatar es muy concreta y concisa, y que debiera de abrirme un poco más para que entendáis que hay que tener mucha fuerza, valor , esperanza y mil cosas más, y que también es importante ser realista y asumir que pasar como madre por un proceso tan largo, desconocido, doloroso por ver que la personita que más amas sufre y que solo te debes a lo que los especialistas te dicen. Sin embargo hay que saber evadirse de vez en cuando y llorar, sacar todo el dolor y no reprimirlo, hablarlo, pero no tenerlo como tema principal de nuestra vida, os lo digo por propia experiencia, para mí todo giraba alrededor de Alejandro, sus patologías, búsqueda de mejoras, médicos nuevos, etc… y reconozco que no me preocupe nada de mí y todo pasa factura, si algo he aprendido es que para que una pueda cuidar debe cuidarse a si mismo primero, somos humanos y no podemos ni debemos hacer todo lo que nuestro cuerpo puede aguantar.

Pues bien, dicho esto, comienzo a relatar.

El tema de neurología empeoraba, en el Hospital de Alicante en ese momento no había ningún especialista en Neurología Infantil así que viendo que lo que pretendían era seguir con el mismo sistema de continuar probando fármacos nuevos y realizando controles básicos me plantee buscar otra opinión, me puse a buscar información y trasladé el caso al Hospital Niño Jesús en Madrid.

La primera consulta la tuvimos tras tres meses de espera, ya que primero se debe mandar toda la información junto con una solicitud de segunda valoración. El equipo estudió el caso para ver si estaba dentro de sus funciones como hospital de referencia.

Tuvimos que realizar varios viajes ya que nosotros vivimos en Alicante, aunque a mí eso era lo que menos me importaba, de hecho varias veces hacíamos el viaje de ida y vuelta en el mismo día, para mí la carretera, si es por mi hijo, no me supone nada ya que me motiva porque me renueva la esperanza e ilusión.
A lo largo de un año se le realizó a Alejandro un estudio más completo para obtener información e intentar descubrir el motivo de su epilepsia y saber a que debíamos enfrentarnos en un futuro:

Sospecha de enfermedad metabólica, estudio bioquímico de enfermedades metabólicas.
Video-EEG-Poligrafía, prueba de fondo ocular, estudio metabólico en CEDEM, Cariotipo y X-frágil, Microarrays.
Intervención de Biópsia muscular para Histopatología, Estudio de Cadena Respiratoria Mitocondrial y punción lumbar.

Después de tantas pruebas, el niño comenzaba a presentar crisis, cada vez en periodos más cortos, todo indicaba que empezaba a entrar en un estado peligroso y pese a la medicación, algo nuevo empezaba a despertar para empeorar su estado.

Seguí mi búsqueda de especialistas para obtener otras opiniones, me puse en contacto con el Doctor Mulas, le transmití la situación de mi hijo y le envié la documentación clínica comentando un poco su estado, decidió atendernos con la máxima rapidez así que nos desplazamos a Valencia a la Clínica Invanep.

El día que acudimos a su consulta ocurrió algo que ya me demostró su valía profesional. Estábamos a la entrada cerca del mostrador de recepción, cuando este doctor junto con un compañero salieron del despacho y de repente, fijó la mirada en mi hijo y comenzó a describir todo lo que observaba a su compañero, sin saber que era el caso que tanto estaba costando entender a los profesionales, fue algo asombroso de verdad, ver su ojo clínico. Os aseguro que ese detalle no lo había vivido jamás antes.

Tras una larga sesión de cuatro horas en que realizaron pruebas básicas como encefalograma,etc..  fue el primer doctor que pronunció la palabra Epilepsia refractaria y posible candidato de estudio para cirugía. Por fin sentía que me encontraba delante de alguien que nos ayudaría realmente, así que concretamos que a partir de ahora él se encargaría del seguimiento del niño para confirmar sus sospechas, salvo que esto no pudo llevarse a cabo.

En la siguiente entrada os seguiré contando.

Gracias por seguirme.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Estenosis Subglótica Postintubación.

Después de unos días en que no he podido atender el blog por asuntos domésticos con mi perrita, os saludo y paso a contaros como nos fue con el último diagnostico que si recordáis era: Estenosis subglótica postintubación.

                Este nuevo diagnóstico requería la ingestión de corticoides  y nebulizaciones cada 3 horas (una máquina le aportaba oxigeno e hidratación para mantener la zona de la estenosis siempre húmeda) para controlar los signos respiratorios obstructivos  que se evidenciaban como: estridor, disfonía, o una intensa retracción inspiratoria del tórax.

                A todo esto había que añadir su tratamiento epiléptico ya que no estaba estabilizado y seguía con sus crisis. El nuevo estado empeoraba todo, el malestar de mi hijo iba en aumento, por no decir, lo triste que era verlo en casa sentadito, conectado a una máquina que le aportaba oxigeno y medicación  ya que cada vez que intentaba moverse se ahogaba. Acabábamos de pasar por una etapa muy dura y llegaba esto, mi hijo no podía hacer vida normal, no era capaz ni de subir a los columpios, ni casi andar. En fin son imágenes muy duras de recordar.

La decisión que tomaron en el Hospital de Alicante fue que se tenía que someter a una nueva intervención en la que se le realizaría una traqueotomía y para ello nos derivarían al Hospital Vall d'hebron de Barcelona y que un equipo especial se encargase de él. Cuando escuché esto, inmediatamente salió de mí un NO rotundo, yo no vería a mi hijo en una cama todo el día con una traqueotomía y a esperar…..

                Me fui a hablar con el Dr. Garramone y éste me dijo que no lo veía factible y que era muy arriesgado por su epilepsia. Me asesoró y ayudó a buscar otros doctores especializados en esta patología
.
                Lo conseguí y en Valencia  un equipo impresionante se interesó por mi hijo, pero había algo importante, no habían realizado intervenciones en niños. En la primera consulta me transmitieron profesionalidad, tranquilidad y esperanza, y allí mismo tomé la decisión de optar por las técnicas que me iban mostrando.
                El 17 de noviembre de 2010 Alejandro entra de nuevo en quirófano para ser sometido a una Fibrobroncoscopia rígida (dilatación de estenosis traqueal y laserización de tráquea).Se trataba de una intervención compuesta de varias pero a nivel interno. Pasó dos días en la UCI pero esta vez despierto, tenían que controlar que no “saltase de nuevo la estenosis” como ellos lo denominaban. Fuimos informados de que todo había salido perfecto aunque teníamos que estar expectantes por que podía aparecer de nuevo. Una semana después nos fuimos a casa pero manteniendo una serie de cuidados preventivos como ponernos mascarillas para evitar infecciones, (el postoperatorio de la intervención era delicado ya que la intervención había sido interna y había que evitar infecciones), hubo que comprarle una cama adaptada, para que pudiese dormir incorporado etc…

A las tres semanas Alejandro volvió a presentar los mismos síntomas.  Y de nuevo lo intervinieron para mejorar el trabajo anterior. Esta vez estuvo un día en la UCI y pasamos a planta donde dos días después nos permitieron salir y celebrar la Nochebuena y las Fiestas en casa. Los doctores sabían de mi actitud y responsabilidad y que yo cumplía al máximo con los cuidados que mi hijo requería.

Todo fue rodado en cuanto a la mejoría, pero un buen día Alejandro dejó de hablar, nos asustamos muchísimo, sólo actuaba ante las ordenes que recibía, no pronunciaba ninguna palabra, ningún sonido, dejó de jugar. Los doctores de Valencia entendieron que mi hijo sufría una fuerte depresión por todo lo que estaba viviendo: su propio cambio físico, ya que Alejandro había tenido un aumento exagerado de peso y perdida de movilidad, por los corticoides, y que Gracias a Dios y con un control dietético ha ido mejorando y por  la prohibición de todo a lo que estaba sometido.

 Así que sin más le dimos tiempo  y a los 15 días más o menos y ayudado por los dibujos de “Dora la Exploradora” volvió  a hablar. No fue de inmediato pero sí comenzó con monosílabos, poco a poco y con sus muñecos “Epi y Blas” y un juego que me inventé  lo conseguimos. Fue duro pues me llegaron a decir que podría ser una secuela de su paso por la UCI.

A día de hoy Alejandro no ha necesitado más intervenciones sobre esta patología y un año después se le retiraron los fármacos y pusimos fin a otra etapa enfrentada y superada.

                Agradezco al Doctor Salas y su equipo toda la atención y cariño que nos han brindado y que gracias a ellos Alejandro está perfecto.