jueves, 22 de mayo de 2014

Toda lucha tiene su recompensa,nuestra nueva vida comenzaba...

 Por fin llegó el gran día, lo recuerdo perfectamente…

Como para cualquier intervención tuvimos que realizar el ingreso la tarde del día anterior. Hay que seguir el protocolo que tienen los hospitales antes de una intervención quirúrgica y llevar a rajatabla ciertas acciones como es el estar en ayunas, etc.…

Esa noche mantuve una conversación – en la medida de lo posible- con mi hijo, sobre lo que iba a ocurrir al día siguiente. Acabé llorando de  alegría por verlo tan concienciado,  y por lo feliz y tranquilo estaba.

Mi pregunta fue directa:
-¿Alejandro sabes lo que te van a  hacer mañana?  Su respuesta me dejó sin palabras.
- Si mamá, me van a operar y a ponerme un implante para curarme.

Decidme si no es para llorar escuchar estas palabras de un niño de 10 años, que lo transmite con ilusión y esperanza, la misma que tenemos nosotros la familia, de que todo iba a salir bien y que dicho implante funcionaría.

Alejandro despertó aquella mañana con alegría. Ya os comenté que para él estar en el hospital, es estar en su segunda casa, nunca ha tenido miedo a las intervenciones, las ha vivido siempre con una gran sonrisa, con mucha tranquilidad, con mucho valor y siempre confiando en que era para mejorar. Es capaz de transmitirme a mí sus fuerzas y su confianza, y yo me tranquilizo.

Pues bien llegó el momento. Una vez más me permitieron estar con él dentro de la Sala de Preparación antes de pasar al quirófano. Yo valoro mucho este detalle que tienen conmigo.

La intervención duró aproximadamente dos horas y media. Durante este tiempo hubo una parada y la Doctora Patricia Smeyers nos informó que se estaba procediendo a la conexión del implante y a una estimulación bastante elevada (había que descartar la posibilidad de situaciones anómalas que obligaran a realizar  el implante en la zona de la clavícula derecha, lejos del corazón). Todo fue perfecto  y no se produjo ningún contratiempo, así que continuaron con la intervención hasta su finalización que nos anunció la Doctora Rebeca Conde.

Seguidamente la Dra. Smeyers  nos invitó a su despacho para entregarnos la cajita que contenía “la pulsera y el busca” y que a partir de ese momento tendríamos que llevar siempre en caso de crisis, al mismo tiempo nos comunicó el éxito de la operación  y con una gran sonrisa y un abrazo enorme se fundió conmigo. Con lágrimas en los ojos le expresé mi alegría y le di mil gracias por todo. Fue generosa conmigo y me dijo que ella también estaba feliz.

Ahora quedaba ir superando las pequeñas cositas que teníamos que tener presentes.

Alejandro salió del quirófano despierto y sonriendo feliz, ya que le habían regalado un Buss Bunny futbolista – le encanta todo lo relacionado con el futbol- por lo bien que se había portado. A las pocas horas me pidió que le hiciera una foto, quería verse, no le impresionó nada su estado.

Pasó un post-operatorio muy bueno, apenas se quejo de nada, bueno sí, que quería comer, que tenía hambre, las doctoras se reían y apuntaban que eso era muy buena sintomatía. Estuvimos cuatro días ingresados, el segundo día comenzó a levantarse y a caminar, eso hizo que nos dieran el alta con una serie de cuidados: mantener una limpieza extrema en las incisiones, y una supervisión continúa sobre ellas por posibles apariciones de sintomatias en la piel que indicasen que podría haber un rechazo.

A los quince días tuvimos que volver a revisión con la Dra. Conde, todo iba muy bien, se podía decir que el plazo de rechazo finalizaba sin problemas, cada vez estábamos más contentos de los logros y obstáculos que se iban superando. Ya solo quedaba que la Dra. Smeyers decidiese la conexión del estimulador.

La primera conexión se hizo en el mes de octubre y seguramente viendo el video que os dejo al final os preguntareis porque tardaron tanto, si se supone que la conexión se hace la primera vez a partir de los quince días. Muy simple y difícil de creer. Alejandro desde la intervención no había presentado ninguna crisis, por eso esperaron hasta esa fecha, -ya sabéis que antes no pasaban tres días sin tenerlas-. Estábamos todos esperanzados ante unos resultados ya evidentes y eso provocó que Alejandro empezara a estar más tranquilo. Todo apuntaba a que habíamos acertado.
 La conexión que se realizó, evidentemente dentro del quirófano, a una elevada frecuencia, había actuado y este era el resultado: ¡¡¡ninguna crisis!!!
Poco a poco se comenzó con la activación del estimulador, con una potencia programada en 0,25, cada cinco minutos se procedería a una descarga de una duración de 30 segundos. No se considera terapéutica hasta llegar a 0,75. A día de hoy la frecuencia marcada para Alejandro es de 1 con la misma programación, es decir cada cinco minutos y 30 segundos de duración. De este tratamiento quirúrgico llama la atención que cuando se efectúa la descarga si el niño está hablando su voz se vuelve más ronca y afónica, durante esos segundos, retornando a continuación a su estado normal. Al principio la sensación es rara pero  la costumbre hace que ya no le demos importancia y durante esos segundos como dice la Dra. Patricia Smeyers se le pone la voz del personaje del Duque de la serie “Sin tetas no hay paraíso”.

Soy feliz por poder afirmar que no ha vuelto a tener ninguna crisis desde la fecha del implante lo que nos ha hecho obtener mejor calidad de vida, más tranquilidad, seguridad y mil sinónimos más asociados a felicidad. La doctora está orgullosa de los resultados, la familia igual y yo he tenido varios días en los que he conseguido olvidar el miedo a las crisis y Alejandro ya ni os cuento lo mucho que ha mejorado a nivel físico y personal, es  decir en todos los aspectos y las pruebas que le han realizado durante este tiempo constatan una mejoría evidente.

Somos conscientes de que aún nos queda mucho por recorrer, de hecho le van a realizar unas pruebas para descartar o confirmar una sospecha sobre un gen, que asociaría la enfermedad de Hirschsprung con su epilepsia, lo que llevaría a ponerle un nombre más definido a su patología, y si fuese así,  iniciar la investigación sobre su futuro.

Si os soy sincera poner un nombre específico no es algo que me quite el sueño, ahora mismo lo único importante es que gracias a estas maravillosas doctoras y al Equipo de Neurología Infantil del Hospital La Fe de Valencia, mi hijo y yo hemos comenzado una nueva vida y quiero confiar en que seguirá así siempre.
En la próxima entrada os narraré cosas importantes que me gustaría destacar.

Quiero que mi mensaje llegue a todos esos papás y mamás sucumbidos por el miedo, la desesperación, la incertidumbre y la pérdida de esperanza, decirles que con mucha capacidad de lucha, esperanza, perseverancia y siempre pensando que todo se puede conseguir, se alcanza una mejor calidad de vida. Y si nuestros hijos son fuertes, por ellos, nosotros lo tenemos que ser mil veces más.




Aviso que el link del vídeo que os facilito puede herir la sensibilidad por su contenido, ya que muestra la intervención real y la realización de la conexión del estimulador.


Y este otro link es la pagina de la empresa encargada de la Terapia VNS donde podréis comprobar que facilitan mucha información también para quien lo necesite.



Agradezco vuestro seguimiento y apoyo que me trasmitís, HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. 



1 comentario:

  1. hola meri, me alegro mucho de verda que este mejorando dia a dia de verda, y nada decirte que he llorado y me alegro que seas tan fuerte y alejandro mas fuerte todavia, un beso a los 2

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